Originario de las selvas tropicales, el Anturio destaca por sus hojas de un verde intenso y brillante, que forman una base hermosa para su singular "flor". Esta "flor" es en realidad una hoja modificada, la espata, que con su forma de corazón y sus colores vibrantes (rojo, blanco, rosa, entre otros) se convierte en el centro de atención. En el interior de la espata se encuentra la espádice, donde residen las flores verdaderas, aunque son más pequeñas.
En su hábitat natural, el Anturio a menudo crece sobre otros árboles, buscando la luz. Esta característica le permite adaptarse bien a la vida en macetas, siempre que le proporcionemos las condiciones adecuadas.
Su tamaño suele ser manejable, entre 30 y 60 centímetros, lo que lo hace ideal para diversos rincones de la casa, aportando un toque de naturaleza sin ser invasivo.
Ubicación Luminosa: Busque un lugar con buena luz, pero evite que el sol le dé directamente, ya que podría dañar sus hojas. La luz filtrada cerca de una ventana suele ser ideal.
Sustrato con Buen Drenaje: Es importante que la tierra en la que vive su Anturio permita que el agua drene correctamente. Una mezcla para macetas con un poco de perlita puede funcionar muy bien.
Riego Moderado: Riegue cuando la capa superior de la tierra se sienta seca al tacto. En primavera y verano, esto podría ser cada dos o tres días, y en invierno, con menor frecuencia, alrededor de una vez por semana.
Humedad Adecuada: Como planta de origen tropical, el Anturio aprecia un ambiente con cierta humedad. Puede rociar sus hojas con agua de vez en cuando para mantenerla contenta.
